LA EDUCACIÓN FÍSICA
FIDALGO LAREO, PABLO
Parece el libro hablarnos de un proceso hacia el conocimiento. Conocimiento del cuerpo, de la identidad, un proceso vital que necesita pasar por el nosotros, por un acto de juventud comunitaria que incluya al otro; acto que lleva inscrito en su génesis incluso la conciencia del fracaso y que, aun así, se intenta vivir con intensidad y entrega. Un proceso que apunta hacia la soledad, a través de una desilusión que quiere erigirse en lucidez y que no renuncia a lo logrado, ni a la traición, ni a la posterior e inevitable venganza o ajuste de cuentas.
Todo esto Pablo lo va desgranando poco a poco a lo largo de los 50 poemas. Y para ello utiliza la mezcla y la acumulación de un poema sobre otro. Mezcla de claridad y oscurantismo, de asertos y contradicciones, de un lenguaje claro, de fácil legibilidad, pero con significados nada ilustrativos, de metáforas que se escapan, de ausencia de símiles, de simbología cambiante. Se mezclan con alevosía tiempos pasados, intercalando momentos de pasados más presentes y otros más lejanos. Se deja al lector ir de manera voluntaria juntando piezas, reconstruyendo la vida del poeta o la suya propia, reconstruyendo los mecanismos de la memoria evocativa o las intenciones precisas del poeta.
[reseña: Pablo Caruana en http://www.tea-tron.com/pablocaruana/blog/ ]
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Pablo Fidalgo Lareo (Vigo, 1984). En el año 2005 funda junto a Itsaso Arana, Celso Giménez y Violeta Gil la compañía teatral La Tristura, que ha estrenado, hasta la fecha: La velocidad del padre, la velocidad de la madre (2006), Años 90. Nacimos para ser estrellas (2008) y Actos de juventud (2010). Las tres obras han sido publicadas en los pliegos de Teatro y Danza. Con Estefanía García ha estrenado la pieza La democracia (2009). La educación física es su primer libro de poemas.
Nadie se tomó la juventud
tan en serio como nosotros.
Nos amamos sólo al recordar
que la vida se acabará mañana.
Hacemos del cuerpo una historia
para poder morir en la escena.
Te voy a contar cómo empezó todo esto,
por qué te puse en ese lugar del escenario,
por qué tomé cada decisión,
por qué puse al público ahí, por qué quise
que estuviera incómodo viéndote.
Así pasamos el tiempo hablando de la muerte
bajo las sábanas de la juventud
que se va escapando, y te duermes,
y tiras de la sábana,
y me dejas desnudo hablando solo,
y yo no tengo fuerzas para tirar,
para seguir cubriéndome,
y mi juventud se enfría cada noche un poco más