ANIMALES QUE AGUANTAN EL PESO DE CARGAS MISTERIOSAS EN ENTORNOS CREADOS POR FUER
JON MIKEL EUBA
ANIMALES QUE AGUANTAN EL PESO DE CARGAS MISTERIOSAS EN ENTORNOS CREADOS POR FUERZAS EN OPOSICIÓN es una publicación concebida como un libro de artista que da cuenta del proyecto del mismo nombre que Euba presentó en el Centro de Arte dos de Mayo el año 2023.
Una publicación de 430 páginas de imágenes principalmente que incluye además cinco textos nuevos del autor. Animales que aguantan el peso de cargas misteriosas
un proyecto en continua formación, en su propuesta inicial, se concentraba en las consecuencias de la fuerza de la gravedad: la carga
física desde la experiencia del cuerpo percibida en dirección vertical y la carga simbólica. En el desarrollo para el proyecto del CA2M, Euba añade la presión producto de fuerzas en oposición, referida a la tensión que surge del conflicto entre las fuerzas del museo como cuerpo (el edificio) y el museo como institución. Quedando así el título en Animales que aguantan el peso de cargas misteriosas en entornos creados por fuerzas en oposición.
De niño me contaron que el sistema que se utilizaba antiguamente para crear caminos transitables en una ladera consistía en cargar un burro con mucho peso y soltarlo en dirección a la cumbre. El burro, un animal que economiza de manera extrema la energía invertida, siempre describirá pendientes lo más horizontales posibles, que, en zigzag, le llevarán a la
cumbre invirtiendo el mínimo esfuerzo en relación a la carga soportada. Una vez definido el camino por medio del animal, este quedaba posteriormente para uso humano ensanchándolo en lo que llamaban pistas. Podríamos ver esa forma el camino resultante en zigzag como el resultado de una ecuación que incluye:
1. Un obstáculo preexistente: la ladera
2. Un deseo o un objetivo: subir la pendiente
3. Un instrumento de medición y cálculo: el burro, que lleva incorporado en sí mismo el modo ahorro de energía; y, para terminar
4. Algo extra: la carga.
En el proceso artístico, de manera similar, para que aparezca finalmente una forma sea el zigzag o la ladera, de la que no sabemos al inicio ni que pendiente ni altura tiene hasta que llegamos arriba, solo sabemos intuitivamente que debemos cargar una estructura al máximo, con una gran cantidad de materiales (reales, ideales y vitales) que hagan que la relación entre el peso de todos ellos y la premisa animal de ahorrar energía, generen la vía. Un camino que, al ser transitado, dé las medidas del ancho de la ladera, y que al llegar al final (si lo hacemos) nos muestre la forma (el zigzag y la altitud de la montaña). Como el burro, habrá que crear subterfugios poniéndonos delante cualquier tipo de zanahorias, reclamos que dirijan al animal que somos en determinada dirección. Lo específico del proceso artístico es que somos nosotros mismos burro, ladera, carga, pista y zanahoria. Cumplido lo anterior, una estructura o estrategia podrá darnos una forma, pero ninguna forma por sí misma nos asegura el sentido,
pues este siempre estará en otro lugar y dependerá de la complejidad de la incógnita y la motivación, y de la manera en que se conjuguen los factores que intervienen en relación a la necesidad genuina de nuestra acción
Jon Mikel Euba