CINEMATOGRAFÍAS
EL ARTE DE CINE EN SUECIA Y DINAMARCA, 1915-1942
PÉREZ GARCÍA, CARLOS / SJOGREN, ELO / IBARZ IBARZ, MERCÈ
Cinematografías -término que en sí mismo encierra dos campos semánticos bien definidos, el que alude al cine propiamente considerado y a lo gráfico que representan los carteles-, nos ofrece la posibilidad de revisitar grandes títulos de películas y otras menos conocidas -Metropolis, M. El Vampiro de Dusseldorf, Crimen y Castigo, Anna Karenina, Ben Hur, El cantante loco, El Gran Dictador, Tarzán de las fieras, etc
- y una pléyade de actores y actrices -Lon Chaney, Boris Karloff, Errol Flyn, Rodolfo Valentino, Gary Cooper, Mae West, Joan Crawford, Fred Astaire, Búster Keaton, Charles Chaplin o Marlen Dietrich, entre otros muchos más- en un periodo calificado como una de las mejores etapas del cartelismo cinematográfico, los años de entreguerras.
Además, de este vívido reencuentro, la exposición se agrupa para una mejor comprensión en bloques temáticos, en relación con los géneros cinematográficos clásicos -musicales, humor, terror, oeste, historia, etc
- adentra al visitante en el especializado mundo del grafismo y el arte del cartel, en una etapa -1915-1942- que los expertos han calificado también como clásica, en la que se definieron los parámetros de la modernidad en el grafismo y diseño de carteles.
La importante producción de carteles de cine en los países escandinavos, diseñados durante el periodo de entreguerras, reflejan el interés de poseer y presentar una gráfica propia. Todo indica que aquellos dibujantes sabían conciliar modernidad y profesionalidad y que su trabajo se situó dentro de las bases que argumentaba Cassandre, que diferenció el cartel y los trabajos gráficos en general, de la pintura y las artes decorativas, estableciendo las bases de lo que posteriormente perfilaría la profesión y la función del diseñador gráfico. De hecho, muchos artistas de vanguardia abandonaron la pintura para dedicarse al diseño gráfico, pues les permitía utilizar técnicas de comunicación de masas en carteles, libros y revistas.
Siguiendo las teorías de Lászlo Moholy-Hagy, pretendieron que su trabajo se concibiera como una actividad social, no dependiente de un acto creativo individual, ofreciendo las máximas posibilidades de comunicación social activa.
Los grafistas escandinavos intentan conciliar sus diseños con las pautas Art-Decó, sugeridas o impuestas por la poderosa industria cinematográfica norteamericana, y en menor grado, por la alemana. Esta actitud conciliadora y siempre de mirada moderna, la mantuvieron después de la Segunda Guerra Mundial -empleando de forma maestra la fotografía y el fotomontaje-, cuando en el resto de Europa, en los carteles dominaba un naturalismo retrogrado, muchas veces de carácter absolutamente académico.
Se puede afirmar que estos dibujos dedicados al cine, desde sus comienzos hasta el final de la segunda guerra mundial, reflejan la influencia de diversos movimientos modernos, como la secesión vienesa, el expresionismo alemán o las diferentes tendencias postcubistas que desembocaron en el Art-Decó, pero también las convicciones de unos artistas y de una sociedad que optaron decididamente y sin timidez por la modernidad.