EL ESPEJO DE LA PRODUCCIÓN
BAUDRILLARD, JEAN
«Un espectro recorre lo imaginario revolucionario: la fantasía de la producción, que alimenta por doquier un desenfrenado romanticismo de la productividad. El pensamiento crítico del modo de producción no afecta el principio de la producción. En su totalidad, los conceptos que en él se articulan sólo describen su genealogía y dejan intacta la producción como forma. Esta misma forma resurge idealizada tras la crítica del modo de producción capitalista...»
Después del desmoronamiento de los sistemas socialistas y comunistas saltó a la vista que la idealización del trabajo no fue más que la otra cara de una misma moneda: una falsa moral del trabajo que resulta patética en los tiempos que corren.
Baudrillard denuncia la utopía de la redención del hombre a través del trabajo para llegar en un futuro incierto a ser el «hombre total». Contra este engaño, presente bajo otro signo en la sociedad consumista, el autor propone otra clase de utopía, que «...está allí, en todas las energías alcanzadas contra la economía política ... No busca acumularse, como el valor económico, para abolir la muerte, ni tampoco aspira al poder. La utopía quiere la palabra contra el poder y contra el principio de realidad, que no es más que la fantasía del sistema y de su reproducción indefinida.»
Este texto provocador y refrescante cobra ahora un nuevo significado, cuando vemos que las actuales teorías de la producción se convierten cada vez más en férreos programas de gigantescas maquinarias de expoliación y explotación, disfrazándose de verdades absolutas y dejando a millones de personas en un estado de apática impotencia.
«Un espectro recorre lo imaginario revolucionario: la fantasía de la producción, que alimenta por doquier un desenfrenado romanticismo de la productividad. El pensamiento crítico del modo de producción no afecta el principio de la producción. En su totalidad, los conceptos que en él se articulan sólo describen su genealogía y dejan intacta la producción como forma. Esta misma forma resurge idealizada tras la crítica del modo de producción capitalista...».
Después del desmoronamiento de los sistemas socialistas y comunistas saltó a la vista que la idealización del trabajo no fue más que la otra cara de una misma moneda: una falsa moral del trabajo que resulta patética en los tiempos que corren.
Baudrillard denuncia la utopía de la redención del hombre a través del trabajo para llegar en un futuro incierto a ser el «hombre total». Contra este engaño, presente bajo otro signo en la sociedad consumista, el autor propone otra clase de utopía, que «...está allí, en todas las energías alcanzadas contra la economía política ... No busca acumularse, como el valor económico, para abolir la muerte, ni tampoco aspira al poder. La utopía quiere la palabra contra el poder y contra el principio de realidad, que no es más que la fantasía del sistema y de su reproducción indefinida».
Este texto provocador y refrescante cobra ahora un nuevo significado, cuando vemos que las actuales teorías de la producción se convierten cada vez más en férreos programas de gigantescas maquinarias de expoliación y explotación, disfrazándose de verdades absolutas y dejando a millones de personas en un estado de apática impotencia.