EL GIGANTE DEL PANTANO
MARNIER, RICHARD
Muchas veces levantamos muros infranqueables construidos a base de prejuicios, desconfianza y, sobre todo, desconocimiento. Esto es, precisamente, lo que ha ocurrido entre los habitantes del pueblo de este cuento y el Gigante del pantano.
Esta criatura y sus convecinos están separados por la imagen errónea que estos últimos tienen de ella. Pero también porque el concepto que el Gigante del pantano tiene de sí mismo le impide relacionarse, lo que alimenta aún más su falsa leyenda.
El Gigante, a pesar de su portentosa apariencia, es vulnerable y permeable a la opinión de los demás, lo que comúnmente llamamos así también lo denomina el cuento de Richard Marnier el qué dirán.
En ocasiones, una inseguridad excesiva nos lleva a encerrarnos en nosotros mismos y a distanciarnos de los demás e, incluso, nos inmoviliza y nos impide llevar a cabo aquello que anhelamos, ante el temor de ser reprobados o censurados, tal y como le sucede al protagonista. Como resumía el pensador Ramón Llull: el amor mueve; el temor retrae.