EL TESORO ESCONDIDO
MAAR, PAUL
El pequeño Muhar estaba contento con su modesta vida. Le encantaba tener largas conversaciones con sus clientes, sentarse con ellos junto a la mesita, charlando y tomando té. Algunos días vendía tres alfombras, dos cinturones y un puf.
Entonces le decía a Fátima: -Hoy ha sido un día excelente. Mañana podremos permitirnos una comida extraordinaria...
El viaje que Muhar había hecho
para conseguir fortuna
se convirtió en una aventura;
pero, a veces, lo más valioso
es lo que más cerca tenemos de nosotros.