EL VIEJO Y LA MARGARITA
ALIAGA, ROBERTO
¡La margarita está llena de pulgón! Para solucionar el drama de la margarita, el viejo se mete en un laberinto de problemas que, finalmente, acaban teniendo un feliz e inesperado desenlace.
Todas las mañanas el viejo se sienta a mirar y a conversar con su margarita, sí, como el Principito, pero una mañana la nota muy seria. Cuando le pregunta que la pasa casi no la oye y tiene que acercarse mucho para conseguir entenderla, es entonces cuando lo descubre, ¡su querida margarita tiene pulgón! No tarda ni un segundo en coger su bicicleta para ir a la biblioteca donde encontrará remedios y problemas a partes iguales, ¿creéis que conseguirá dar con la solución a su problema?