LO QUE NO ME QUISISTE CONTAR
CRISTINA GUTIERREZ MEURS
Robar un niño es parar el tiempo. Es hacer que el futuro se desvanezca. Robar un niño no es quemar una fotografía, es crear un fantasma. Te quito un hijo y te regalo una mirada triste. Lo siento, no ha sobrevivido al parto. Pero ¿cómo hago para no llevarme el fantasma que acabo de engendrar y que debería arrancarme el sueño hasta que desaparezca mi sombra? El síndrome del nido vacío se refiere a un conjunto de sentimientos de carácter negativo (tristeza, soledad, melancolía, ansiedad o irritabilidad) que experimentan los padres cuando sus hijos se marchan definitivamente de casa. Para el conjunto de sentimientos de carácter negativo que experimentan los padres cuando les roban un hijo recién nacido no hay nombre. Resulta muy complicado enlodar con fundamento aquello que está bien hecho. Sin embargo, reconocer y contar los episodios cuestionables de la historia de un país solo se puede hacer desde el interés común por defender la verdad. Y hay que estar muy bien preparado para lograrlo. Porque las medias verdades, con el paso de los años, pueden convertirse en medias mentiras.