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MONOS COMO BECICY

LA LOBOTOMÍA COMO EJE DE REFLEXIÓN SOBRE LOCURA, MEDICINA Y ÉTICA, A PARTIR DEL

BARCELÓ MORTE, LOLA / FERNÁNDEZ DE CASTRO, DAVID

MONOS COMO BECICY
10,20 €
IVA incluido
Disponible en 1 semana
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Editorial:
VIRUS EDITORIAL
Año de edición:
2001
ISBN:
978-84-88455-92-5
Páginas:
181

La tradición del documental no tiene mucho predicamento en el cine español actual a pesar de que en los últimos años se han producido algunos documentales (Asaltar los cielos, El sol del membrillo) que han resultado estar entre lo mas aplaudido de nuestra historia cinematográfica.

“Monos como Becky” es algo más que un documental y también algo más que un filme de denuncia. Firmada por Joaquim Jordá y Nuria Villazán es un testimonio sincero e implacable sobre lo que se sigue cociendo en el interior de los hospitales psiquiátricos. El director y los protagonistas del filme han vivido en sus propias carnes la experiencia de la locura y la experiencia de ser internados e intervenidos, de tener que reinventarse a sí mismos y al mundo que les rodea, y los propios autores se incorporan finalmente al mecanismo mismo de la representación cinematográfica.

El filme parte como una aproximación biográfica caleidoscópica a una figura psiquiátrica polémica: Egas Moniz, el psiquiatra portugués (premio Nobel) que introdujo la psicocirugía ( con técnicas como la lobotomia en el lóbulo frontal) como forma de “solucionar” los problemas de los pacientes esquizofrénicos con crisis agudas y violentas. El resultado de la lobotomía, es bien sabido, no es sólo dar la paz al paciente y los que le rodean, sino despojarle a la vez de una parte importante de sus sentimientos y capacidades convirtiéndolos en seres sumisos y sin personalidad propia. La lobotomía y el atentado de un enfermo mental contra Moniz son elegidas como símbolo de la psiquiatría tradicional y de la revuelta desesperada de sus víctimas. Como contrapartida el director de “Monos como Becky” propone a los enfermos de una Comunidad Terapéutica de Martutene la realización de una función sobre la vida de Moniz y la filmación de un documental sobre la preparación de la función. El resultado es una experiencia enriquecedora que sirve a los pacientes y a los propios creadores (que se sitúan del lado, siempre arbitrario, de la locura) para exorcizar algunos de sus fantasmas más íntimos y para lanzar una arenga lírica y desgarrada a la sociedad sobre la necesidad de la terapia y la atención individualizadas y el diálogo con los enfermos. Un discurso que, en estos tiempos de involucionismo en cuestiones sociales y cuando la psiquiatría tradicional parece haberse impuesto definitivamente sobre las interesantes propuestas de la antipsiquiatría, resulta, cuando menos, revulsivo. “Monos como Becky” mezcla las imágenes documentales en blanco y negro de los testimonios de familiares y conocidos de Moniz con las opiniones de psiquiatras, sociólogos y filósofos y con la preparación de la función por parte de los internos que se introducen en el interior de los personajes que rodearon al prestigioso psiquiatra en sus años de mayor celebridad.. El doctor Moniz experimentó su primera lobotomía en una orangutana llamada Becky y su éxito le decidió a experimentar en pacientes humanos siendo imitado por otros médicos y premiado por su “descubrimiento” y su “aportación a la ciencia”. Pero los resultados fueron muy pronto cuestionados por los que veían en la lobotomía, y por extensión en la mayor parte de las prácticas psiquiátricas (consistentes, aún hoy, sobre todo, en psicofármacos, terapias agresivas y ningún diálogo con los enfermos) una forma de reeducación sociopolítica y una técnica para reducir al silencio a aquellos, que desde su delirio, se atrevían a cuestionar con su lenguaje y su diferentes forma de vida , las normas sociales y morales de su época.