NUEVA HOMOSEXUALIDAD, LA
CASTAÑEDA, MARINA
En ´La nueva homosexualidad´ estamos presenciando una creciente integración social de los homosexuales y un reconocimiento de sus derechos cada vez más generalizado, como ejemplifica la legalización del matrimonio gay o alguna variante en más de veinte países en el último decenio. La autora de ´La experiencia homosexual´ explica en este nuevo libro los diferentes factores que han permitido llegar adonde por fin estamos. Presenta un panorama de la manera como se vive hoy la homosexualidad y aborda las diferentes expresiones e implicaciones de la actual tendencia a una completa integración. Está escrito con optimismo por las indudables conquistas, pero sin olvidar que hay una derecha religiosa en permanente campaña contra gays y lesbianas, y con la conciencia de que aún falta mucho por hacer.
Estamos presenciando una creciente integración social de los homosexuales y un reconocimiento de sus derechos cada vez más generalizado, como ejemplifica la legalización del matrimonio gay o alguna variante en más de veinte países en el último decenio. Si recordamos que la homosexualidad dejó de ser delito en Inglaterra hace menos de 40 años, o que hasta 1973 la psiquiatría la consideró patológica, empezaremos a darnos idea de la trascendencia de esta feliz transformación sociocultural. La respetada autora de La experiencia homosexual explica en este nuevo libro los diferentes factores que han permitido llegar adonde por fin estamos. Presenta un panorama de la manera como se vive hoy la homosexualidad y aborda las diferentes expresiones e implicaciones de la actual tendencia a una completa integración. Está escrito con optimismo por las indudables conquistas, pero sin olvidar que hay una derecha religiosa en permanente campaña contra gays y lesbianas, y con la conciencia de que aún falta mucho por hacer. Por lo pronto, esta nueva homosexualidad demuestra de modo fehaciente que es posible ser gay sin culpa ni vergüenza, que la sociedad sabe asimilar la diversidad, y que ésta no representa ningún peligro para el matrimonio y la familia ni lleva a un colapso de los valores, como todavía algunos dicen temer.