PÁJAROS MOJADOS EN UN CABLE DE LUZ
OLVERA,VIRTUDES
¿Y si a las miserias y al dolor humano se les pudieran poner voz? ¿Y si esa voz fuera femenina, punzante y sin tapujos? Como una narradora omnisciente, la autora se rompe, sin prejuicios, ante el vuelo de los pájaros que nos acechan y ante cómo el pasado se convierte en un presente lápida. Una prosa vivencial que, sin pretender serlo o fingidamente adrede, nos despierta del letargo de sobrevivir con el peso de nuestra propia vida para recordarse a sí misma que lo pasado, pisado: sigamos la vereda. En definitiva, un clamor con tanto que decir como cicatrices que contar. Oigámosla pues, para un mejor autoacercamiento. Leámosla pues, ya que indudablemente sus palabras son lo que tenemos que escuchar aunque duela(n) porque, como ya es sabido, «Hay golpes en la vida, tan fuertes? ¡Yo no sé!».