PAPEL Y PLÁSTICO 2
LOMBANA, OSCAR
De todas las vertientes de la nostalgia, los dos tomos de Papel y plástico explotan una de las más legítimas: la celebración del reencuentro con aquello que creíamos perdido para siempre, o habíamos olvidado. Los libros de Óscar Lombana son una sorpresa, incluso para los que lo vean venir. Hasta para los que son escépticos ante este tipo de complicidades. No hay página que no te pille desprevenido, que no provoque la sonrisa o la incredulidad ante ese recuerdo electrizante que ni siquiera echábamos en falta. - Nacho Vigalondo
Óscar Lombana vuelve a la carga tras Papel y plástico 1 (Astiberri, 2008) con una nueva entrega de nostalgia para aquellos que se mueven en los treinta y los cuarenta años, o aquellos que tuvieron hermanos mayores de esa edad y heredaron juguetes, tebeos o simplemente revisitaron las reposiciones de las series de la TV.
En esta segunda entrega da un repaso a los airgam boys, Barriguitas, los payasos de la tele, los rotuladores Carioca, Orzowey, los chicles Dunkin, las muñecas Repollo, Torrebruno, los objetos de escritorio, Big Jim, las revistas de TP, los anillos de Matutano, el donkey kong, Naranjito, La cocina mágica, los madelman, la revista Pif, Enrique y Ana, Fama, las anécdotas del colegio, El coche fantástico, Tele Pop, las chuletas
, entre muchos otros, y por supuesto, los click de Famobil, son repasados en este segundo volumen con el verbo divertido y evocador del propio autor bilbaíno.
La serie Papel y plástico comenzó a gestarse el verano de 2006, desde el momento en el que Lombana se puso a apuntar en una hoja todas las cosas que le traían recuerdos agradables de su pasado. Desde entonces, ha desarrollado una labor de búsqueda y captura en la que la lista de colaboradores que le han facilitado el precioso tesoro inencontrable no ha dejado de crecer. Lombana confiesa que ha sido divertido hacer Papel y plástico, pues yo solía ser el primero en sorprenderme al encontrar algún tesoro perdido, y espero que, modestamente, sirva para transmitir la gratitud de nuestra generación a todos aquellos autores, muchas veces anónimos, que formaron parte de nuestra vida.
Óscar Lombana (Bilbao, 1971) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco. Ha realizado portadas e ilustraciones para varias editoriales, trabajo que compagina con el diseño gráfico. A veces planea organizar un descenso por el Snefels y ver, de una vez por todas, si conduce a alguna parte, pero la maldita sensatez suele poder más que él. Papel y plástico 2 es su segundo libro y actualmente está preparando la 3.ª entrega.
Oscar Lombana vuelve a la carga tras 'Papel y plástico 1' (Astiberri, 2008) con una nueva entrega de nostalgia para aquellos que se mueven en los treinta y los cuarenta años, o aquellos que tuvieron hermanos mayores de esa edad y heredaron juguetes, tebeos o simplemente revisitaron las reposiciones de las series de la TV.
En esta segunda entrega da un repaso a los Airgam Boys, Barriguitas, los payasos de la tele, los rotuladores Carioca, 'Orzowei', los chicles Dunkin, las muñecas Repollo, Torrebruno, los objetos de escritorio, Big Jim, las revistas de 'TP', los anillos de Matutano, el Donkey Kong, Naranjito, la Cocina Mágica, los Madelman, la revista 'Pif', Enrique y Ana, 'Fama', las anécdotas del colegio, 'El coche fantástico', Tele Pop, las chuletas..., entre muchos otros; y, por supuesto, los Clicks de Famobil son repasados en este segundo volumen con el verbo divertido y evocador del propio autor bilbaíno.
La serie 'Papel y plástico' comenzó a gestarse el verano de 2006, desde el momento en el que Lombana se puso a apuntar en una hoja todas las cosas que le traían recuerdos agradables de su pasado. Desde entonces, ha desarrollado una labor de búsqueda y captura en la que la lista de colaboradores que le han facilitado el "precioso tesoro inencontrable" no ha dejado de crecer.
Lombana confiesa que ha sido divertido hacer 'Papel y plástico', "pues yo solía ser el primero en sorprenderme al encontrar algún tesoro perdido, y espero que, modestamente, sirva para transmitir la gratitud de nuestra generación a todos aquellos autores, muchas veces anónimos, que formaron parte de nuestra vida".