PINTOR DE LA VIDA MODERNA,EL
BAUDELAIRE CHARLES
Leer a Charles Baudelaire (1821-1867) es siempre un placer, como el que él mismo describe al dibujar el perfil de un particular pintor. En esa descripción no duda en explicar su visión de la modernidad. Su relato más que desplegar grandes teorías filosóficas se basa en cómo ese sujeto mira y plasma la sociedad que observa, que mira casi como un niño, con curiosidad infantil. Este ensayo es para el lector una buena oportunidad para zambullirse en la prosa de Baudelaire pero también un sondeo sobre la pregunta sobre el arte y el artista, sobre lo poético y lo bello. Y en ese mundo de dualidades, lo eterno y lo fugaz se tornan claves para develar el pensamiento del autor sobre la época y su estética.
?En Baudelaire, como quería mostrar Benjamin, se encarnan todas las tensiones y contradicciones del siglo XIX. Quiere vivir a la vez en el mundo metafísico y en el postmetafísico. Quiere ser un hombre sin ilusiones, pero sin caer en la ilusión moderna del progreso y de sus instituciones, que critica ferozmente. Quiere ser moderno, pero sin dejarse arrastrar por la modernidad. Por eso su modernidad es una modernidad relativa, al igual que su idea de la belleza (...) Pero hay una lógica de fondo en el pensamiento de Baudelaire (...) se da cuenta de que una resistencia activa es la única forma de proteger la especificidad del arte. Por eso es moderno al mismo tiempo que antimoderno, y con igual intensidad.? (De la introducción de Julio Baquero y Silvia Acierno).