SALVAR A UNA PERSONA ES SALVAR AL MUNDO
LA HISTORIA DE FRIEDA FROMM-REICHMANN, UNA MUJER QUE DESAFIO. A SU EPOCA
HORNSTEIN, GAIL A.
Frieda Fromm-Reichmann, nacida en el seno de una familia judía ortodoxa en la Alemania de 1889, fue una brillante estudiante de medicina que se destacó en el incipiente campo del psicoanálisis por sus trabajos en soldados con daño cerebral. En 1926, se casó con uno de sus pacientes, Erich Fromm -autor de El arte de amar-, con quien tuvo una compleja relación durante toda su vida. En 1935 salió de la Alemania nazi y llegó a los Estados Unidos, en donde vivió hasta su muerte.
Gail Hornstein revive por primera vez la vida de Frieda, que llevó a la práctica lo que Freud creía imposible: tratar a personas con severos trastornos mentales mediante psicoanálisis. Ella trabajó desde una perspectiva profundamente humana y esperanzadora, con la convicción de que ningún paciente es incurable. Se aproximó al dolor de los demás con respeto y entrega. Pero, al desviarse de los cánones clásicos, fue criticada en los Estados Unidos como lo fue Melanie Klein en Inglaterra.
Fuera de los círculos psicoanalíticos, Frieda Fromm-Reichmann es más conocida como la Dra. Fried, en la ficción, la increíble médica que ayudó a curarse a la heroína de la novela Nunca te prometí un jardín de rosas, de Joanne Greenberg.
Frieda demostró con su vida sus fuertes convicciones y jamás se interesó en las disputas teóricas que obsesionaban a la mayoría de sus colegas. Ella hizo suyas, desde muy joven, las palabras de Isaac Lukia, un rabino del siglo XVI: "Ayudar a otro es hacer el trabajo de Dios. Salvar a una persona es salvar al mundo".