SOUVENIR, SOUVENIR. UN ANTROPÓLOGO ANTE EL TURISMO
FERNANDO ESTÉVEZ GONZÁLEZ
Fernando Estévez González siempre fue un antropólogo atípico. Su principal esfuerzo investigador se centró en tareas tan poco rentables académicamente como la de desmontar los prejuicios coloniales e ideológicos de su propia disciplina, o la de criticar el papel jugado por las ciencias sociales en la construcción del relato identitario en Canarias. Su libro Indigenismo, raza y evolución. El pensamiento antropológico canario (1750-1900), publicado en 1987, sigue siendo una obra de referencia para desactivar cualquier intento de apropiación del fantasma del primitivo: en este caso del guanche. Pero Estévez no se sentía cómodo en los límites disciplinares al uso, gustaba presentarse como «agricultor a tiempo parcial, cocinero clandestino y antropólogo accidental». Podríamos añadir también que fue un «provocador de accidentes» especulativos, pues esa misma pasión teórica que le llevó a escribir textos irreprochables conceptual y metodológicamente fue la que lo indujo a romper con los hábitos de su disciplina para ocuparse con marcada anticipación de un tema tan incómodo como el del turismo; o para involucrarse muy temprano en la nueva museografía etnográfica en la línea de Neuchâtel (como director del Museo de Antropología e Historia de Tenerife); o para establecer bien pronto un diálogo abierto con el arte contemporáneo (como se comprueba en sus diversos proyectos expositivos); también para abandonar su neutralidad científica como etnógrafo y comprometerse en causas perdidas. De todo ello hay ejemplos brillantes en este libro que reúne los diversos modos en que Fernando Estévez González se enfrentó al tema del turismo: como ensayista y conferenciante académico, como divulgador, como comisario de exposiciones y como activista.