TUBOS
DE CÓMO SEGUÍ UN CABLE ESTROPEADO Y DESCUBRÍ LAS INTERIORIDADES DE INTERNET
BLUM, ANDREW
Escribes un correo electrónico. Pulsas enviar. Inmediatamente aparece a diez mil kilómetros. ¿Cómo sucede? Cientos de miles de cable de fibra óptica que dan varias veces la vuelta al mundo impulsados por trillones de trillones de fotones de luz, que nos enlazan a través de intercambiadores anónimos en localizaciones secretas con enormes hardwares que atesoran toneladas de información. Andre Blum nos sumerge en los entresijos de Internet de este mundo secreto y desconocido diseñado y mantenido por tipos excéntricos. Nos explica dónde están, cómo llegaron ahí, cómo funciona y, lo más importante, qué sucede cuando se rompe.
En abril de 2011, una mujer de 75 años que estaba arreglando el jardín cortó con su pala un cable subterráneo. En aquel momento todo Armenia se quedó sin Internet. Unos meses antes, en enero, las autoridades egipcias sólo lograron cerrar la conexión del 70% de la población a Internet en un intento desesperado por apaciguar la inminente revolución. En 2009, una ardilla dejó sin Internet al autor, sumiéndole en la desesperación y empujándole a buscar qué era exactamente eso de Internet.
Porque Internet, no es un concepto, ni una industria en crecimiento ni mucho menos una cultura o una nube. En realidad, no se trata más que de un montón de tubos. Cientos de miles de tubos que conectan Londres con Nueva York, Google con Facebook y que están llenos de cables de fibra óptica impulsados por trillones de fotones de luz que nos enlazan a través de intercambiadores anónimos en localizaciones secretas que almacenan grandes servidores.
Andrew Blum nos sumerge en los entresijos de este mundo secreto y desconocido diseñado y mantenido por tipos excéntricos. A medio camino entre la crónica periodística y la divulgación tecnológica, un libro esencial para conocer y entender la realidad tangible del mundo digital.