VIDAS DE MUJER QUE EL CINE CUENTA
GARCÍA, MARÍA ÁNGELES
Un exhaustivo estudio de los más de cien años de cine, desde las grandes producciones a las películas más desconocidas. Un viaje en el que la mirada sobre las mujeres ha condicionado, no solo a estas, sino también al conjunto de la sociedad
Este libro está dividido en dos partes. En la primera se hace un recorrido por cómo han sido retratadas las mujeres en las películas a lo largo de la historia del cine. Desde los primeros años hasta el día de hoy, donde los personajes femeninos han ido evolucionando de meros objetos dentro de una película a ir paulatinamente adquiriendo protagonismo por sí mismas y no como parte de una trama pensada para hombres. La autora nos habla de una sociedad en la que una industria tan relevante ha mantenido un discurso en el que se ignoraba a las mujeres, sus deseos, sus pasiones, sus sentimientos, problema que generaba en gran medida poca o ninguna posibilidad de que las mujeres pudieran verse reflejadas, o identificadas, con las protagonistas de las películas que inundaban las salas de cine, y esa falta de referentes ha sido, y aún sigue siendo en algunos ámbitos, un problema que toda sociedad moderna y libre debe enfrentar y subsanar.
La segunda parte del libro hace una revisión de las biografías fílmicas de mujeres históricas, la forma en las que han sido retratadas, comparando los méritos de cada una desde el punto de vista histórico y cómo han sido estas llevadas al cine. En muchos casos nos encontramos con aspectos ignorados, por lo que podríamos llamar «poco femeninos»; en otros casos se manipulan estas vidas para minimizar la importancia de estas mujeres y fortalecer a los hombres que las acompañaban. En no pocos casos los propios críticos cinematográficos, en prensa o libros, denostaban estas películas como «películas para mujeres».
Analizar los grandes clásicos del cine desde la óptica de una mujer que busca referentes en historias de otras mujeres, ya sean ficticias o reales, es un trabajo que nos demuestra que hay aún mucho trabajo por hacer, pero, sobre todo, que no nos podemos conformar nunca con lo que se ha conquistado en cuanto a derechos, presencia o importancia.