EL REGRESO DE LOS CONEJITOS SUICIDAS
RILEY, ANDY
Podríamos mencionar algunos de los gags más sorprendentes de estos conejitos: la estrella de Navidad / guillotina, el tocho de Harry Potter que sirve de losa fatal, el homenaje a Teléfono Rojo: Volamos Hacia Moscú, los gnomos de jardín como arma arrojadiza, retorcidos artefactos mortíferos que recuerdan al profesor Franz de Copenhague y a los intentos frustrados de la Sra. Alligator de Delicatessen, los cameos de Terminator y Alien, la retorcida y aplastante W de Hollywood, Pete Townshend con un suicida agazapado a su guitarra, los múltiples usos de un rallador de queso o las afiladas ruedas de una cuádriga, la referencia a los Lemmings (parientes lejanos con quienes comparten un mismo destino vital), el martillo de juez, la bandeja del DVD, la tele-silla despachurradora, La Ruleta de la Fortuna de TV, la palanca de un detonador para hacerse el hara-kiri, el pozo de los deseos o algunos puramente ingleses como el cambio de guardia, el fin de año en el Big Ben o la caza del zorro.
No cabe duda de que los conejitos de Riley, con el paso del tiempo, han aprendido a quitarse la vida de modos cada vez más espectaculares y retorcidos atención al juego de balancines. Y quizá en esas caritas de no haber roto un plato resida el secreto de su éxito.
Tras el éxito cosechado por 'El libro de los conejitos suicidas', Andy Riley demuestra que, si de algo andan sobrados sus sorprendentes personajes, es de imaginación. A lo largo de 96 páginas los conejitos suicidas hacen gala de una creatividad inagotable a la hora de imaginar nuevas y retorcidas formas de poner fin a sus vidas. De uno en uno, en grupo y, en ocasiones, rindiendo homenaje a conocidas películas, a la hora de encontrar nuevas formas de suicidarse los conejitos de Andy Riley no tienen comparación.
El perverso sentido del humor de Andy Riley provocará la hilaridad del lector, que no dejará de admirar la imaginación de un artista que no tiene prejuicios para mostrar el lado oscuro de unos animalitos a los que (casi) todo el mundo ve con simpatía.
Son más de 60.000 ejemplares vendidos por la saga de Los conejitos suicidas en castellano, que tienen su continuación en la edición en catalán de 'El llibre dels conillets suïcides' y 'El retorn dels conillets suïcides'.