FRESA Y CHOCOLATE
AURITA, AURÉLIA
En el recopilatorio Japón editado hace unos meses, me sorprendió muy gratamente la frescura y animosidad de la contribución de Aurelia Aurita, una razón de peso para esperar con ganas este anunciado Fresa y Chocolate, su primera obra larga que edita Ponent-Mon en España. Una obra enmarcada dentro del género autobiográfico más clásico, en la que la autora nos cuenta su amor por Frederick Boilet (el impulsor del denominado Nouvelle Manga). Lo que no tendría mayor interés más allá del puro cotilleo o folletín rosa, de no ser por ese huracán de osadía que es Aurita. Con descaro, casi me atrevería a decir que con un punto de sana e ingenua sinvergonzonería, Aurita nos cuenta su relación con Boilet con pelos y señales, desde los sentimientos más infantiles a sus encuentros sexuales, descritos tan explícitamente que podríamos pensar que estamos ante un tebeo pornográfico.
Pero lo increíble es precisamente ese desenfado e ingenuidad que impregna toda la obra la que convierte lo obsceno en un ejercicio casi de camaradería. A medida que vamos avanzando en la lectura de la obra, Aurelia se va convirtiendo en una amiga de toda la vida, de esas con las que compartimos todos nuestros secretos, hasta los más íntimos, con la que hablamos de sexo con la misma naturalidad que del último cotilleo del grupo de amigos o de una película que hemos visto. Una franqueza que transforma la lectura de este tebeo casi en un encuentro largamente pospuesto con esa amiga, que aprovecha para contarnos con pelo y señales su último amor, contagiándonos de sus temores, sus alegrías y sus emociones. Compartimos con ella el dolor de los miedos y el goce de la felicidad, el estremecimiento de sus orgasmos y se nos pone el pelo de punta cuando nos cuenta sus dudas con aire de no haber roto un plato en su vida.