MAMIA - ESENCIA
MANTALA-BASQUE CULINARY CENTER
Al mirar a las pupilas al ser vivo de la gastronomía vasca enseguida le brillan los cocineros, y con ellos tintinean al unísono los agricultores, pescadores, viticultores, pastores, pasteleros, panaderos, ganaderos, queseros, eros, eros, eros
¿Y las eras?
Esta es, en palabras de la responsable de sus textos, Jásminka Romanos, la razón de ser de Mamia. Mujeres que han transformado la gastronomía vasca, un libro recién salido del horno y promovido por la iniciativa Mantala Basque Gastronomy en colaboración con Basque Culinary Center y el Gobierno Vasco. La obra está centrada en 50 mujeres de distintas generaciones que han contribuido (y lo siguen haciendo) a la transformación de la gastronomía vasca desde muy diversos ámbitos y contribuye a llenar los vacíos que se encontraban en su narrativa, casi siempre protagonizada por hombres, lo que conformaba una fotografía incompleta e injusta con el trabajo de las profesionales del sector, que siempre estuvieron ahí, aunque el foco no las iluminase: cocineras, pasteleras, horticultoras, profesoras, alfareras, parrilleras, sidreras, diseñadoras, encargadas de sala, viticultoras, comunicadoras, emprendedoras, panaderas, divulgadoras, investigadoras, restauradoras, pastoras, conserveras, cabreras, confiteras
El libro recoge cincuenta reportajes realizados en los lugares de trabajo de las protagonistas que dejan escuchar la voz de figuras tan dispares como la única integrante femenina del movimiento de la Nueva Cocina Vasca, Tatus Fombellida, la directora gerente de Euro-Toques Mayre Modrego, la agricultora, docente y encargada de la huerta escuela de BCC Leire Etxaide, la pastelera, chocolatera y confitera Jone Markaida, la nutricionista Gabriela Uriarte, la propietaria de la casa rural Etxegorri Sonia Barrondo o la periodista Ana Vega Biscayenne.
Veteranas pastoras y queseras como Amelia Jauregi, talogiles como Josepa Albizu, salineras como Asunción y Gloria Iturralde, cocineras como Cristina Tellería, parrilleras como Pili Manterola, alfareras como Blanka Gómez de Segura o baserritarras como Mari Carmen Iradi demuestran que la presencia de las mujeres en la gastronomía vasca ha ido desde siempre mucho más allá del ámbito doméstico, y cómo sus perfiles, en su mayor parte poco conocidos, se vieron sistemáticamente invisibilizados y por tanto infravalorados.
Jóvenes profesionales como la enóloga y bodeguera Sandra Bravo, la conservera Mila Aranguren, la primera doctora en Ciencias Gastronómicas Elena Romeo, la emprendedora Nagore Irazuegi, la baserritarra Ane Zeberio o las sidreras Oihana y Jaione Gaincerain muestran continúan trabajando en las distintas áreas de la gastronomía vasca y contribuyendo a su desarrollo.
